Cada vez más personas optan por muebles que se adaptan a sus rutinas: camas con almacenamiento, mesas extensibles, escritorios que también sirven de tocador. Pero además de funcionales, estos muebles se vuelven únicos al ser personalizados en diseño, color, tamaño y material. Esta tendencia no solo responde a necesidades prácticas, también a una búsqueda de identidad: tener un mueble que hable de ti, que no sea igual al del catálogo. El diseño personalizado está dejando de ser un lujo y se está convirtiendo en una forma consciente de habitar los espacios.
